Sumario: | Roberta y Agustín son argentinos y están en Nueva York escribiendo sus respectivas novelas. El relato tiene una atmósfera de una apertura ajedrecística, la aventura aún en suspenso. Roberta insiste en que se debe escribir con el cuerpo, entonces Agustín avanza dos escaques y se lanza a vivir peligrosamente en los barrios neoyorquinos. Allí conoce a una actriz y ocurre lo inesperado, lo ominoso. La insinuación policial, detectivesca, pronto depara motivos que la tensan y establecen otros niveles, formalmente más complejos. A partir de ese cruce, los planos se interceptan con soltura, la realidad parece arrojar al vacío los indicios, o acaso precisamente al registro novelesco, que los personajes practican y postergan.
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