Sumario: | Carolina Martínez, en su último libro, desarrolla una nueva y particular aproximación, desde la historia cultural, a la noción de utopía. Lejos de entenderla como una idea imaginaria, como un espacio del nolugar, o como un relato ficticio fuera del tiempo y de la historia, para Carolina Martínez, la utopía es y debe ser estudiada como una praxis. Al decir de la autora: “La utopía adquiere pleno significado y alcance intelectual, literario y político, cuando se la reinserta en contextos sociales y culturales de producción y de difusión” (p. 15). Lejos de abordar el género aisladamente o en una secuenciación en parte impuesta por los propios hacedores de utopías (pero también por los estudiosos del género), este libro aboga por comprender el desarrollo del relato de viaje utópico como parte de un proceso histórico complejo tal como fue la modernidad temprana europea. El presente estudio indaga, específicamente, relatos de viajes utópicos publicados en lengua francesa entre 1616 y 1710, y son, justamente, tres variables de análisis las que estructuran la forma del libro: la cuestión religiosa, el problema del otro y la ampliación del mundo conocido producto de la expansión transoceánica europea ocurrida entre los siglos XVI al XVIII. La autora reescribe el concepto mismo de utopía al analizar una serie de operaciones historiográficas y literarias que dieron vida a un corpus de fuentes que, en sus orígenes, no fueron comprendidas o estudiadas en su conjunto. Hay una labor, minuciosa, de unir y repensar, en sus contextos de producción, un nuevo corpus textual.
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