Sumario: | En las sociedades patriarcales, la dimensión simbólica legitima la institución de un orden social que necesita del ejercicio de la violencia contra las mujeres para su instauración y reproducción. Esta hipótesis atraviesa el siguiente trabajo y es trabajada a partir del análisis de dos mitos. El primero hace referencia a la horda primitiva narrada por Sigmund Freud en Tótem y Tabú. El segundo consiste en un mito sobre el matriarcado originario, reconstruido por Anne Chapman en su etnografía junto a los selk'nam en Tierra del Fuego. Ambas son historias conjeturales sobre un momento inaugural de la vida social. Llamativamente, en ambos relatos, la trama presenta la violencia contra las mujeres como hecho necesario para el desarrollo y resolución de la historia. Aunque provenientes de tradiciones diferentes, las dos narraciones funcionan como engranajes ineludibles en la reproducción simbólica del poder patriarcal, lo cual hace visible la forma en que la violencia contra las mujeres se naturaliza y/o se justifica.
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