Sumario: | En días soleados la radiación solar visible (iluminancia global) incidirá sobre las superficies de un sistema urbano según tres componentes: directa (sol), difusa (bóveda celeste) y reflejada (entorno). Así como la magnitud de las componentes directa y difusa es fácilmente predecible para cielos claros o cubiertos, la componente reflejada estará fuertemente condicionada por los diversos elementos del entorno, en función de dos grupos de variables: las características morfológicas del entorno y el tipo de iluminancia que éste recibe. El ajuste relativo requerido para los cálculos de las componentes de la iluminancia que llega a la fachada es diferente: la luz reflejada por el entorno exterior debe ser evaluada con detalle, mientras que la elección de la distribución de luminancias de la bóveda celeste (difusa) no tiene la misma incidencia en la iluminación resultante en una superficie (Tregenza, P. 1995). El trabajo presenta los resultados de las evaluaciones realizadas con mediante mediciones “in situ” y simulaciones. La comparación de los valores de luminancia medidos y simulados arrojan un ajuste de + 1,2%. Mientras que las evaluaciones comparativas indican que la participación de la componente reflejada, en el potencial de iluminación (proveniente de fachadas soleadas) son de hasta el 110%.
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