Sumario: | Cuando se habla acerca de los fenómenos artísticos, suele presentarse una confusión entre las actividades que definen la relación espectatorial y aquellas propias de una relación analítica. Una manera de salvar este obstáculo metodológico consiste en pensar en dos mundos posibles, aquel que habitan el
espectadory el artista y aquel que habita el analista de las prácticas artísticas. Esta distinción entre mundos metaforiza, aquí, una distinción entre conjuntos de prácticas más o menos estabilizadas por un hábito social que determinan en cada caso comportamientos vinculados a los fenómenos artísticos. En ese sentido, lo que consideremos obra de arte va a ser diferente en el desplazamiento de uno a otro de esos mundos posibles.
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