Mecánica de deformación de la cuenca neuquina (triásico-terciario)

El engolfamiento neuquino, desarrollado en el sector extra-andino del segmento austral de los Andes Centrales, constituye un excelente ejemplo para el estudio de deformación de intraplaca asociada a un margen convergente en una cuenca de retroarco. El engolfamiento neuquino fue sometido a un extenso...

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Detalles Bibliográficos
Autor principal: Mosquera, Alfonso
Otros Autores: Ramos, Víctor Alberto
Formato: Tesis doctoral publishedVersion
Lenguaje:Español
Publicado: Universidad de Buenos Aires. Facultad de Ciencias Exactas y Naturales 2008
Acceso en línea:https://hdl.handle.net/20.500.12110/tesis_n4357_Mosquera
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Descripción
Sumario:El engolfamiento neuquino, desarrollado en el sector extra-andino del segmento austral de los Andes Centrales, constituye un excelente ejemplo para el estudio de deformación de intraplaca asociada a un margen convergente en una cuenca de retroarco. El engolfamiento neuquino fue sometido a un extenso proceso de deformación de intraplaca que se desarrolló durante el Mesozoico y Cenozoico, caracterizada por períodos de transpresión, compresión ortogonal al margen continental, extensión y de quietud que alternaron en los diferentes sectores del engolfamiento. La misma estuvo principalmente controlada por la rotación y cambios de magnitud de los campos de esfuerzo y el alto grado de anisotropía del basamento paleozoico. La deformación de intraplaca se desarrolló siguiendo dos direcciones preferenciales, nordeste y oeste-noroeste, coincidentemente con las orientaciones de las fábricas paleozoicas de basamento. Las mismas fueron el resultado de una serie de eventos colisionales de 200 m.a. de duración a lo largo del margen phantalásico del Gondwana. Las fábricas de orientación nordeste se originaron en el desarrollo de fajas plegadas y corridas sintéticas y suturas producto de la acreción de los terrenos Cuyania y Chilenia durante el Ordovícico Inferior y el Devónico tardío. En tanto que las fábricas de orientación oeste-noroeste fueron el producto del desarrollo de la faja plegada y corrida compuesta de los Gondwánides y de la sutura asociada a la colisión de la microplaca de Patagonia durante el Pérmico inferior. La integración de la información del basamento brindada por la sísmica de reflexión, pozos exploratorios, magnetometría y afloramientos permitió establecer la segmentación orogénica de los Gondwánides y la paleogeografía de los segmentos colisional y convergente. De esta manera se pudo establecer que el engolfamiento neuquino se desarrolló sobre los sectores de núcleo axial metamórfico y procuña de la faja plegada colisional de los Gondwánides. Estos corrimientos sufrieron un proceso de inversión tectónica negativa durante el período de extensional que se extendió desde el Pérmico Medio hasta el Jurásico temprano controlando parcialmente la geometría, dimensiones y orientación de un denso mosaico de hemigrábenes asociados que conformaron una cuenca de retroarco durante un estadio de rollback negativo que se extendió desde el Triásico Superior hasta el Jurásico Inferior (Sinemuriano). El campo extensional se orientó con el vector s3 en dirección NE, resultando en el desarrollo de hemigrábenes de orientación NO y ONO, con fuerte control de las anisotropías paleozoicas del basamento. Los principales depocentros se ubicaron a lo largo de la sutura del terreno de Patagonia en el extremo sur del engolfamiento. Estos depocentros fueron afectados por un largo y continuo proceso de deformación de intraplaca de 190 m.a. de duración que afectó al engolfamiento neuquino. La integración de información sísmica 2D y 3D, datos de pozos y afloramientos permitió identificar las distintas unidades morfoestructurales que conforman el engolfamiento neuquino y analizar en cada una de ellas los diferentes períodos de deformación. El análisis de la historia de deformación en los distintos sectores evidencia un cambio en la orientación de los campos de esfuerzo durante cada estadio. El primer evento de deformación comienza en el Jurásico temprano, con un vector principal de los esfuerzos con orientación N-NO. El campo de esfuerzos rotó en sentido noroeste durante el Cenomaniano, cuando una orientación más perpendicular al margen continental fue dominante. Luego de un período de quietud durante el Paleógeno, caracterizado por una subducción oblicua, un evento de deformación final ocurrió durante el Mioceno tardío, durante el cual la orientación del campo de esfuerzos fue principalmente este-oeste. En forma póstuma se produce una extensión generalizada durante el Plioceno. Los cambios de los campos de esfuerzos fueron correlacionados con los cambios en los vectores de convergencia entre las placas oceánicas de Aluk, Farallón y Nazca y las placas continentales de Gondwana o Sudamérica. El estadio de Aluk inicial se caracteriza por una fuerte inversión tectónica oblicua y desplazamiento de rumbo concentrada a lo largo de la faja de deformación de intraplaca del sistema de Huincul durante el período jurásico-valanginiano, desarrollado a lo largo de la sutura de Patagonia en el sector sur del engolfamiento. La deformación del sistema de Chihuidos y Entre Lomas fue más sutil. El estadio de Aluk tardío muestra una reducción de la inversión y desplazamiento en el sistema de Huincul y una reducción areal de la deformación desde el Valanginiano hasta el Cenomaniano. Este momento marca el cambio al estadio de Farallón, con una fuerte inversión del sistema de Entre Lomas, asociado al desarrollo de la faja plegada y corrida del Agrio en la zona de retroarco. El estadio de Nazca corresponde al principal episodio de deformación e inversión tectónica, seguido por el colapso de varias estructuras durante el Plioceno. La relación existente entre la deformación de intraplaca y los cambios en el vector de convergencia en el engolfamiento neuquino muestran el alto grado de correlación de los análisis estructurales y de mecánica de deformación realizados sobre información de distintas fuentes y diferentes escalas de trabajo. La metodología aplicada en este trabajo para determinar la orientación de los campos de esfuerzos regionales podría constituir una herramienta importante para el estudio de la evolución temporal de los regímenes tectónicos en zonas donde se carece de control de la dinámica de las placas oceánicas. Los resultados obtenidos hacen de la deformación de intraplaca de la cuenca neuquina un caso tipo para comprender la génesis de estructuras sutiles en un ambiente tectónico de ocurrencia mundial.