Una enseñanza terapéutica en el límite entre realidad e irrealidad: los períodos hipotético-condicionales en la Pítica III de Píndaro

El presente artículo se alinea con la propuesta de Race (1990), quien aborda el estudio del estilo de cada poema como un aspecto inherente a la lógica del texto, buscando evaluar su función y propósito junto con los demás elementos allí existentes. Precisamente, en la Pítica III, los períodos condic...

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Detalles Bibliográficos
Autor principal: Fernández Deagustini, María del Pilar
Formato: Articulo
Lenguaje:Español
Publicado: 2021
Materias:
Acceso en línea:http://sedici.unlp.edu.ar/handle/10915/171010
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Descripción
Sumario:El presente artículo se alinea con la propuesta de Race (1990), quien aborda el estudio del estilo de cada poema como un aspecto inherente a la lógica del texto, buscando evaluar su función y propósito junto con los demás elementos allí existentes. Precisamente, en la Pítica III, los períodos condicionales ocupan más del veinte por ciento de los versos. El poema engarza un total de siete períodos condicionales que se mueven en un tiempo de suposiciones acotado entre el pasado y el presente (GOODWIN, 1900), sin establecer una proyección hacia el futuro. Además, todos los períodos se distribuyen en el encuadre, específico de las intervenciones personales del poeta. Esta disposición señala una construcción muy particular del discurso personal, que se erige a partir del discurso de la suposición respecto del pasado o del presente. El trabajo se propone demostrar que, en la tercera pítica, forma y contenido interactúan indisolublemente. El uso particular de los períodos hipotéticos condicionales es uno de los rasgos compositivos que demuestran el control de Píndaro sobre la técnica poética. Por un lado, el poeta elige ocultar lo factual, la verdad, tras la apariencia de lo contingente. Por otro lado, a partir de los períodos hipo- tético-condicionales se muestra el contraste entre realidad e irrealidad, que marca el sentido más profundo del poema: propiciar la aceptación de las penas y de la gloria dentro de las posibilidades que determinan los límites de la naturaleza humana. En esta coyuntura existencial, el único que sabe cómo actuar es el poeta. Su sabiduría incluye el reconocimiento de la importancia y la fuerza de la poesía.