Sumario: | Las reformas educativas se sustentan en promesas de innovación y mejora del aprendizaje. En muchos países, el currículum de historia oscila entre la continuidad del código disciplinar y las pretensiones de cambio, una disputa que por lo general se decanta a favor de la tradición. En México, la renovación curricular se produce sin disponer de un diagnóstico como referencia y después de transitar durante siete años con el plan de estudios 2011. En este artículo, en lugar de indagar en las finalidades, su correspondencia con el resto de dimensiones curriculares o en las condiciones formativas que se requieren para modificar la práctica, se someten a análisis las estrategias, las actividades y la función del alumnado que se sugieren en el programa de historia. En el texto se demuestra que la propuesta didáctica y la concepción sobre el aprendizaje son homogéneas, canónicas, contradictorias, ingenuas y teóricas.
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